I
ESTUDIA
Es puerta de la luz un libro abierto:
Entra por ella, niño, y de seguro
Que para ti serán en lo futuro
Dios más visible, su poder más cierto.
El ignorante vive en el desierto
Donde es el agua poca, el aire impuro;
Un grano le detiene el pie inseguro;
Camina tropezando; ¡ vive muerto!
En ese de tu edad abril florido
Recibe el corazón las impresiones
Como la cera el toque de las manos:
Estudia, y no serás cuando crecido
Ni el juguete vulgar de las pasiones,
Ni el esclavo servil de los tiranos.
II
TRABAJA
Trabaja joven, sin cesar trabaja:
La frente honrada que en sudor se moja,
Jamás ante otra frente se sonroja,
Ni se rinde servil a quien la ultraja.
Tarde la nieve de los años baja
Sobre quien lejos la indolencia arroja,
Su cuerpo al roble, por lo fuerte, enoja;
Su alma del mundo al lodazal no baja.
El pan que da el trabajo es más sabroso
Que la escondida miel que con empeño
Liba la abeja en el rosal frondoso;
Si comes ese pan, serás tu dueño,
Mas si del ocio ruedas al abismo,
Todo serlo podrás, ¡ menos tú mismo!
III
DESCANSA
Ya es blanca tu cabeza, pobre anciano:
Tu cuerpo cual la espiga al torbellino,
Se dobla y rinde fácil: ya tu mano
El amigo bordón del peregrino,
Maneja sin compás, y el aire sano
Es a tu enfermo corazón mezquino...
Deja la alforja, ve, descansa ufano
En la sombreada orilla del camino;
Descansa, si; mas como el sol se acuesta,
Viajero como tú, sobre el ocaso,
Y al astro que le sigue un rayo presta;
Abre así con amor tus labios viejos,
Y alumbra al joven que te sigue el paso
Con la bendita luz de tus consejos.
ELIAS CALIXTO POMPA.
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