¡Te amo! ¿Sabes, mi vida,
lo que encierra esa palabra
cuando el labio la pronuncia
bajo el dictado del alma?
¡Te amo! ¡ La vida entera,
las ilusiones, las ansias
del corazón que suspira
en esa frase se exhalan!
"¡ Te amo !", dice: eres bella
como la nieve sin mancha;
como el ideal divino
que el bardo lleva sin mancha,
sencilla cual la violeta,
como la azucena, cándida.
¡ Te amo! esa voz anuncia
todo cuanto el pecho guarda
de ternezas y creencias,
de alegrías y esperanzas:
urna en que yacen unidas
las sonrisas y las lágrimas
secreto de la existencia
y de los sueños alcázar;
que amar, bien mío, es trocarse
en ave de plumas raudas,
y en los espacios celestes
batir las serenas alas;
y meciéndose en las ondas
de la atmósfera azulada,
teñirse en la luz del iris,
con los cambiantes del nácar;
después, en rápido vuelo,
rasgando la etérea gasa,
remontarse hasta las puertas
del palacio de las almas;
y allí, revolando en torno
de la celestial entrada,
oír las notas divinas
de las seráficas arpas.
Luego bajar a la tierra,
en la luz de la alborada,
y de un árbol florecido
posarse en las verdes ramas;
y allí cantar, al glorioso
resplandor de la mañana,
las alegrías del cielo
y la fiesta de las almas.
Eso es amar, vida mía,
con el amor que no pasa;
como se aman los buenos,
como "¡te amo!" y ¡ tú me amas!
¿ Comprendes, mi bien, ahora,
lo que encierra esa palabra
cuando la pronuncia el labio
bajo el dictado del alma?
JUAN ANTONIO PEREZ BONALDE
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